Los siguientes factores suelen afectar a su inmunidad: 

Edad

‍Amedida que avanza la edad, el sistema inmunitario se debilita y pierde eficacia. Con la edad, el organismo produce menos glóbulos blancos, lo que dificulta la lucha contra las infecciones. La piel y otras barreras físicas también pierden eficacia para protegerle de los gérmenes. Por eso los adultos mayores, especialmente los ancianos, son más susceptibles a enfermedades como la gripe, la neumonía y el herpes zóster. 

Sueño y descanso‍

Cuando duerme, su cuerpo produce citoquinas, unas proteínas que ayudan a controlar la inflamación. Además, dormir lo suficiente ayuda al organismo a descansar y reparar los daños causados por la inflamación. La falta de sueño puede aumentar las probabilidades de sufrir depresión, obesidad, diabetes y enfermedades cardiacas, debilitando aún más el sistema inmunitario. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) recomiendan las siguientes cantidades de sueño:

• Lactantes - 12-16 horas
• Niños pequeños y preescolares - 10-14 horas
• Preadolescentes y adolescentes - 8-12 horas
• Adultos - 7-9 horas

Ejercicio‍

El ejercicio regular ayuda a aumentar la producción y circulación de glóbulos blancos, anticuerpos y citoquinas. Además, el ejercicio ayuda a reducir la inflamación y a producir endorfinas -hormonas del bienestar- que reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo.

‍Estrés

El estrés crónico aumenta la producción de hormonas del estrés, como el cortisol, y suprime la producción de componentes que combaten las infecciones, como los glóbulos blancos. Además, los expertos afirman que el estrés puede dañar las células del intestino al alterar sus movimientos y secreciones gastrointestinales, aumentar las sensaciones intestinales y afectar negativamente a su microbiota intestinal. 

Cuando estás muy estresado, tienes más riesgo de contraer infecciones, enfermedades autoinmunes y cáncer. 

Factores medioambientales

Su inmunidad puede debilitarse cuando se expone a determinados factores ambientales, como la contaminación atmosférica, el humo del tabaco y del tabaco ajeno, las toxinas y el cambio climático. Algunas sustancias químicas, como los pesticidas, causan inflamación y dañan el sistema respiratorio, lo que dificulta la lucha contra las infecciones.

Dieta y nutrición

Los nutrientes son fundamentales para todas las funciones corporales, incluido el sistema inmunitario. En concreto, los nutrientes ayudan al sistema inmunitario de varias maneras, entre ellas:

• Mantener la piel y las mucosas como barrera frente a las infecciones  
• Regulan las enzimas y proteínas que protegen a las células de virus y bacterias
• Producen anticuerpos y glóbulos blancos que responden a las infecciones
• Favorecen el crecimiento y la actividad de las células inmunitarias
• Favorecen la señalización y la respuesta del sistema inmunitario

Una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, cereales integrales, proteínas de calidad y grasas saludables debería proporcionarle la mayoría de los nutrientes que necesita para gozar de buena salud y para que su sistema inmunitario funcione correctamente. Los nutrientes más beneficiosos para el sistema inmunitario son:

• La vitamina C - se encuentra en las verduras de hoja verde, como las espinacas y la col rizada, los pimientos, el brécol, las fresas, el melón, las patatas asadas y los tomates.
• La vitamina D3 - puede encontrarse en el pescado graso (salmón/atún), el queso, la yema de huevo y las setas. La piel también puede producir vitamina D3 cuando se expone a la luz solar.
• La vitamina E - se encuentra en los aceites vegetales, los frutos secos, las semillas y las verduras.
• Selenio - puede encontrarse en el marisco, la carne y las aves de corral, los huevos, los productos lácteos, el pan, los cereales y los productos en grano
• Zinc - se encuentra en las ostras, la carne roja, las aves, el marisco, las alubias, los frutos secos, los productos lácteos y los cereales integrales
• Ácidos grasos omega-3 - se encuentran en el pescado, las algas y la linaza